La escritura terapéutica te ayuda a procesar emociones y transformar el dolor en comprensión.
La escritura ha sido una de mis aliadas en mi propio proceso de autoconocimiento y sanación. Cuando comienzas a escribir y te das ese espacio contigo misma, damos pie a que aumente nuestra interocepción, esa capacidad para saber e identificar lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo. Lo que para mi es un paso esencial para poder sentir tensiones que luego podemos dar nombre: las emociones.
No todos tenemos las mismas capacidades propioceptivas, pero como el resto de habilidades, se pueden modificar. Y esto puede ocurrir cuando introducimos en nuestro día a día ese momento de calma para escucharnos y entender qué ocurre en nuestro cuerpo.
Y cuando nos sentamos en esa calma y nos permitimos conectar y sentir el cuerpo: ocurre la magia. Podemos poner nombre a aquellas sensaciones físicas generando una narrativa emocional, que nos permite validar lo que nos ocurre, comprenderlo y aceptarlo, para poder escuchar nuestra verdadera necesidad. Y cuando esto ocurre, todas aquellas emociones, que vienen para decirnos algo, son escuchadas y exteriorizadas, dejan de enquistarse y nos permiten sanar. Porque sanar es entender lo que nos ocurre y tomar decisiones en base a lo que nuestras emociones nos vienen a decir.
Es un proceso donde irremediablemente la meta es conocerte. Saber quien eres en el cuerpo que habitas. Qué te mueve, qué te hiere, qué sí y qué no. Te conviertes en tu propia guía, en tu aliada más profunda.
Ocurre un proceso de certeza y confianza en ti misma que permite tomar decisiones alineadas con lo que sientes y eres. Y así comienzas a sentir que tienes las riendas en tus manos. Disminuyen las comparaciones, la indecisión e inseguridad. Porque elegirás siempre desde lo que te conecta.
Es una herramienta y aliada para volver a ti, a tu centro.
Por eso ayudo a las personas a las que acompaño a iniciarse en la escritura. Además de hacer talleres grupales para aprender a iniciarnos en ella y beneficiarnos de esta potente herramienta.
Si sientes que esto te llama, aquí estoy para guiarte.
Te abrazo
Raquel